MAL VENIDOS A SANTA BARBARA AIRLINES
Las siete de la mañana clavadas. Mauricio, Carmita y Paola nos despiden en el aeropuerto de Quito. Nosotros no estábamos muy locuaces, ya que la noche anterior, al hacer las maletas, nos dimos cuenta de que nos faltaba dinero: sí, un segundo robo en once días.
Estábamos nerviosos. La inseguridad que habíamos vivido nos transformó en unos perfectos paranoicos porque ya habíamos comprobado con nuestros propios ojos cómo trabajan las fuerzas de seguridad del Ecuador (positivamente hablando, puedo decir que trabajan “no muy bien”, pero ustedes pueden sacar sus propias conclusiones, de acuerdo con todo lo que hemos ido contando en este blog).
El caso es que nuestro vuelo, que debía salir a las nueve y media de la mañana, no aparecía en las pantallas del aeropuerto. Lo entendimos: viviríamos otra jornada tensa, de mentiras, manoseos y reclamos:
- Las mentiras y manoseos que los latinoamericanos protagonizamos y padecemos a diario.
- Los reclamos que los latinoamericanos no llevamos a cabo a diario.
Recargamos fuerzas con un desayuno, ya que el día y la espera iban a ser importantes. Y luego empezaron los gritos: “¡UNA AUTORIDAD, UNA AUTORIDAD!”.
Por suerte, había unos pocos que se habían dado cuenta de que había que empezar a quejarse. Por arte de magia, al unirnos al “piquete”, nos rodearon muchos policías, y algunos, se reían de nosotros y todo. Menos mal que los pudimos divertir, porque con el sueldo que ganan es imposible que puedan gastar dinero en ocio.
El buzón de sugerencias se transformó en buzón de QUEJASDejando de lado el sarcasmo, me pregunto:
¿Un policía de Ecuador se ríe de la gente a la que tiene que defender y proteger, y ampara a los delincuentes?
Mejor aplicar nuevamente la filosofía de la relativilization.
Fueron seis horas y media de mentiras y descaro. Nos denigraron e hicieron un único trabajo efectivo: confirmarnos la certeza de que nunca más viajaremos con Santa Bárbara Airlines, y que, si volvemos a Ecuador, lo haremos con un sabor de boca amargo, o por lo menos, ácido.
Un guardia de seguridad, el señor Bolívar Narváez, con número de matrícula 171128900-7 de LAAR Seguridad, nos vaciló, se rió, no nos ayudó, no trabajó, no fue efectivo. El señor Bolívar, con su actuación, tal vez sea la respuesta a la pregunta que acabo de hacer más arriba.
Pero mejor: relativilization.
El viaje de Ecuapop fue un viaje de prejuicios, pero también de juicios:
- CADENA PERPETUA A SANTA BÁRBARA AIRLINES.
- CADENA PERPETUA A AMÉRCIA LATINA Y NUESTRAS REPÚBLICAS BANANERAS: TAL VEZ NOS MERECEMOS LO QUE TENEMOS.
4 comentarios:
El juicio ya está hecho
QUE NOS MERECEMOS LO QUE TENEMOS NO HAY NINGUNA DUDA. Pero hagámoslo extensivo a todos los seres humanos. Creo absolutamente, sacando algunos imponderables, que somos artífices de nuestro destino.
Se nota la ira en este último escrito, creo que la produce la impotencia de entender que en el género humano siempre estamos unos contra otros y eso no tiene solución, desgraciadamente.
A ver, es normal autoculparse cuando las cosas no salen bien y parece que en muchas partes de latinoamérica hace mucho tiempo que poco o nada va bien. Sin embargo, el simple hecho de que se hagan estos ejercicios de reflexión ya vale mucho y nos ayuda a todos a mejorar. Hay que motivar a la gente para que piense, se eduque, conozca... Solo así se les puede ir cayendo la venda de los ojos con las políticas de estado abusivas y las desigualdades sociales. Sigue con tus cabreos desde aquí, Clari, seguro que sirven para algo
Clari, me encanta tu blog, tu viaje tu docu.
A ver si me escribes pronto, que te echo de menos.
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